Las imágenes muestran cómo la ballena (de unos 1.400 kilos), fue colocada en un contenedor y alzada con una grúa en una camilla blanca de dimensiones especiales, antes de ser transportada en camión y con escolta policial al aeropuerto de Ámsterdam, desde donde fue trasladada en avión a Canarias.
La ballena ha estado en todo momento «contenta y tranquila», comenta el biólogo marino Brad Andrews en declaraciones recogidas por la agencia ANP.
No ha sido inyectado con ningún sedante, y las palabras de sus cuidadores serán su único tranquilizante.
Antes del traslado, se ensayó con la ballena 16 veces un simulacro de las condiciones del viaje.
El traslado de la orca Morgan, que desde 2010 se recupera en el delfinario holandés tras haber sido encontrada enferma en el mar del Wadden (norte de Holada), ha sido polémico y ha tenido que ser confirmado por los tribunales.
Un juzgado de Ámsterdam dio luz verde la semana pasada a la decisión del Gobierno holandés de enviar a la orca a Tenerife, ya que las instalaciones del delfinario se le quedaban pequeñas.
Un grupo de activistas recurrió esta decisión sin éxito ante los tribunales porque consideraba que la orca debía ser devuelta al mar.
En el zoo tinerfeño de Loro Parque, Morgan se integrará con sus nuevas compañeras con la utilización de la bioacústica, una técnica que consiste en emitir sonidos grabados.
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