3 de Abril de 2013
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EL PAÍS
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NACIONAL
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El Gobierno ha derogado la norma que establecía que los lácteos fermentados debían tener un plazo límite de consumo. Desde ahora —la derogación se publicó en el BOE el 29 de marzo—, las empresas decidirán qué fecha de consumo preferente dan a estos productos, una data que se definirá en función de las características del alimento, su envase o cómo se conservará. Esta fecha solo marca cuándo el alimento pierde propiedades de olor o sabor aunque sigue siendo seguro para el consumidor. Sin embargo, la medida, anunciada ayer por el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, dentro de una estrategia más amplia para frenar el desperdicio alimentario, no satisface a la industria. Los fabricantes de yogures piden conservar la fecha de caducidad para sus productos, aunque proponen ampliarla de los 28 días tradicionales a 35.
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