En ocasiones la miel de abeja contiene la toxina del botulismo, que es producida por una la bacteria Clostridium Botulinum. En el caso de los niños menores al año de edad, las esporas del botulismo llegan hasta los menores instalándose en el intestino de los pequeños, liberando la toxina pudiendo incluso provocar la muerte.
La toxina del botulismo produce parálisis de músculo esquelético. Los síntomas vistos, pueden ir desde una caída de párpados, dificultad para deglutir y para succionar, llanto débil, disminución del tono muscular entre otros. La complicación más severa es parálisis de músculos respiratorios.
La causa de esto es que la flora intestinal de un niño menor de un año, no está todavía lista para poder combatir esta toxina, haciendo que se desarrollen los síntomas.
La miel de abeja no tratada termicamente, por seguridad no debe administrarse a menores de tres años.
La miel de abejas es nutritiva, excelente para nuestra salud, incluso capaz de curar pequeñas heridas en piel, muy eficaz para tratar heridas también en veterinaria de forma económica, como laxante pero a los "chiquitines" siempre tratada con calor.
La toxina botulimica puede ser inactivada por medio de calor usando 85 grados centígrados al menos durante cinco minutos o al punto de ebullición durante 10 minutos
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