Pseudolynchia canariensis, mosca cojonera o mosca de las palomas. Se encuentra en la mayoría de las palomas en estado salvaje. Camina hacia atrás, entre las plumas. Es plana, robusta, de patas gruesas y está provista de un potente aparato chupador llamado hipostoma, semejante al de las garrapatas, con el que pica y succiona sangre. Sus vuelos son torpes y cortos, lo indispensable para saltar hacia otra paloma. Para cualquier persona será fácil identificarlas, son realmente asquerosas y sus movimientos como cangrejo son inconfundibles.
Aparte de la fuerte picazón y molestias que provoca en las palomas, si la infestación es importante puede inducir anemias, sobre todo en los pichones. La picadura en sí es peligrosa ya que crea una zona de inflamación que puede molestar en la competición. Pero lo más importante y peligroso es que puede transmitir enfermedades. Si ha picado a un ejemplar enfermo, contagiará al resto con enfermedades como el virus de la peste aviar (Enfermedad de Newcastle), Salmonellas, Ornitosis, Hexamintiasis, etc.
La mosca deposita sus huevos en el material de la cama, grietas en las paredes, o donde sea que no haya higiene suficiente, es por ello que es imprescindible mantener el palomar limpio. Como tratamiento, el mismo producto que utilicemos para sus piojos será efectivo contra ellas (he utilizado algodones embebidos en lociones contra piojos de humanos para atontarlas y retirarlas con la mano). Si algún palomo se extravía aunque sea un solo día, deberá ser desparasitado apenas vuelva.
Para atrapar las moscas con las manos, lo mejor es tener las manos mojadas para dejarles las alas pegadas y hacerlo en un lugar claro para verlas caer y espachurrarlas. Dicen que se meten por cualquier sitio, así que cuidado con los oídos.
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