jueves, 20 de junio de 2013

Un material que libera agentes antibacterianos para conservar alimentos

La empresa malagueña nanotecnológica Yflow ubicada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) ha diseñado un tejido antimicrobiano que, incorporado a los envases, alarga la vida de los alimentos. Este tejido 'inteligente' desprende agentes antimicrobianos encapsulados procedentes de plantas medicinales que se liberan cuando el alimento comienza a generar ciertos compuestos.
La novedad es que los investigadores de la firma han aplicado en los detectores de bacterias su propia técnica: microchorros que conforman cápsulas al aplicarles un campo eléctrico. Este método patentado por Yflow consigue generar chorros coaxiales --un líquido fluye por el interior del otro-- del tamaño de micras que, al romperse, conforman cápsulas.
De esta forma sirven de recipiente y se puede introducir en ellas otro material. "Creamos chorros con un diámetro más pequeño que un cabello que se rompe en diminutas gotas. Otras veces, al igual que ocurre al sacar el pincel de un esmalte de uñas, con ciertos materiales los chorros no se rompen, formando hilos microscópicos", ha explicado el responsable de I+D de la empresa, Ignacio G Loscertales.
Al sintetizar materiales en forma de fibras, como podría hacerse rodando un bloque de plastilina entre las manos hasta que se forma un filamento delgado muy largo, éstos presentan mucha superficie a pesar de tener poca masa. Cuando, además, estas fibras poseen diámetros nanométricos, las propiedades de estas nanofibras comienza a diferir respecto de los materiales originales.
Sin embargo, y sin necesidad de llegar a tamaños tan pequeños, la tecnología de Yflow permite también generar, de manera sencilla, fibras con diámetros en torno a la micra que se constituyen en vehículos ideales para realizar liberación controlada de agentes activos, según han explicado desde la empresa en un comunicado.
En este caso, los expertos han diseñado microfibras que reaccionan cuando detectan ciertos compuestos perjudiciales en un envase alimentario y, como respuesta, liberan agentes antimicrobianos procedentes de plantas medicinales, como el romero, previamente incorporados en las microfibras.

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