Fuente: El País.
María Airam realiza sus primeros vuelos y, tras casi cuatro meses de vida, evoluciona satisfactoriamente, incluso consideran lógica y asumible la viruela que afecta a zonas de su cuerpo sin plumaje. Este es el parte más reciente del estado del primer pollo de águila imperial ibérica que nació en cautividad el pasado mayo a partir de ejemplares irrecuperables. Como contrapunto positivo a las irregularidades detectadas en el CREA de Andalucía, el equipo que dirige el veterinario Juan Manuel Blanco en el Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI), situado en Sevilleja de la Jara (Toledo), ha conseguido un éxito sin precedentes que mejorará la supervivencia de la especie.
En el CERI, aparte de otras especies, hay 26 águilas imperiales (17 hembras y 9 machos). Todas entraron heridas, la mayoría por electrocución con tendidos o postes eléctricos. "Lo que nos diferencia de otros centros es que no tenemos ni pollos ni huevos extraídos de la naturaleza", puntualiza Blanco. Con el semen de uno de esos ejemplares electrocutados e irrecuperables se procedió a la inseminación artificial que hizo viable el nacimiento de María.
Cada año entran en el CERI unas cuatro imperiales, de las que la mitad suelen recuperarse y soltarse en ambientes de una comunidad autónoma, la de Castilla-La Mancha, que es la que mayor número de parejas aporta al censo estatal. Según los últimos datos del Ministerio de Medio Ambiente, en 2010 se censaron 282 parejas en la península Ibérica, 279 en España y 3 en Portugal. Castilla-La Mancha cuenta con 93 parejas; Andalucía, con 61; Extremadura, con 46; Castilla y León, con 43, y Madrid, con 35.
Desde que se hace un seguimiento más exhaustivo de la especie y se ha mejorado la protección y conservación de la misma, el número de parejas ha subido de manera vertiginosa. Los primeros censos de los años setenta del pasado siglo contaban 50 parejas escasas, y en 1994 ya alcanzaban las 146. Sin embargo, la población es aún insuficiente para descabalgarla de su estatus de especie en peligro de extinción. Actualmente es la rapaz más amenazada de Europa.
Desde otro ámbito distinto al científico del CERI, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) también trabaja en un proyecto que pretende mejorar el hábitat de la rapaz y la percepción social que se tiene de ella. Su programa de custodia del territorio Alzando el vuelo, que cuenta con el apoyo de ADIF, la Fundación Biodiversidad y la Obra Social Caja Madrid, ha conseguido involucrar a 110 municipios, a 84 centros de educación Primaria y Secundaria y a cerca de 20 propietarios de lugares y fincas donde sobrevuela y cría el águila imperial ibérica.
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