miércoles, 20 de febrero de 2013

antídoto contra la rabia a base de la planta del tabaco


El tabaco, la planta responsable de 2,5 millones de muertes cada año, puede también salvar vidas. Científicos sudafricanos del Consejo para la Investigación Científica e Industrial, CSIR, por sus siglas en inglés, han desarrollado el primer antídoto contra la rabia a partir de la solanácea americana.

El fármaco, bautizado como RabiVir y listo para su experimentación en humanos, se obtuvo a través de la modificación genética de la Nicotiana benthamiana, hermana del tabaco comercial, a la que se introdujeron anticuerpos efectivos contra la enfermedad.

El nuevo medicamento ha sido desarrollado en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), Kentucky Bioprocessing y la biofarmacéutica MAPP, y supone un importante avance en la lucha contra la enfermedad por su bajo coste, unos 23 dólares, y su mayor eficacia contra el virus.
«Se trata de un cocktail líquido que combate el virus de manera más efectiva al atacar dos regiones diferentes de éste, y reduce el riesgo de resistencia del patógeno al tratamiento», explicó el doctor Ereck Chakauya, director del grupo de Biociencia del CSIR, en un comunicado difundido por la organización.
La rabia, apenas presente en los países desarrollados, acaba aún con la vida de 55.000 personas al año en todo el mundo, la mayoría niños menores de 15 años. Según datos de la OMS, el 95% de las muertes humanas por rabia se producen en Asia y África, con la India como principal núcleo de los decesos. Solo en Sudáfrica, medio centenar de personas perdieron la vida en los últimos meses de 2012 por un brote detectado en el noreste del país.

«La enfermedad es especialmente grave en los países en desarrollo debido a la sobrepoblación de animales callejeros. Solo en Sudáfrica hay cerca de 9 millones de perros abandonados y se registran 2.000 mordiscos al día», añadió Chakauya.

La rabia es una enfermedad causada por un virus transmitido por la saliva de los animales, principalmente perros y gatos, y resulta mortal si no se trata a tiempo. Una vez que comienzan los síntomas, aproximadamente después de 90 días tras el mordisco, las posibilidades de supervivencia son prácticamente nulas.
Los primeros signos de la infección son similares a un catarro, como cansancio, dolor de cabeza y fiebre, que ataca después a la espina dorsal y el cerebro con consecuencias fatales.



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