domingo, 6 de mayo de 2012

Me he encontrado un vencejo

De una manera o de otra, cada año llega alguien a mi casa diciendo "me he encontrado un vencejo". A veces, traen una golondrina o un avión...ocurre cada estación. La mayor parte de las veces mueren, pero en ocasiones conseguimos que vuelvan a remontar el vuelo e imaginamos que todo les va a ir bien. 




Ayer sucedió nuevamente y esta vez no tuve muchas esperanzas. Los juveniles nidícolas de Apus apus en condiciones normales pueden sobrevivir a la ausencia de sus padre durante cuatro días o más, entrando en un letargo que reduce el ritmo cardíaco de 90 a 20 latidos por minuto y la temperatura corporal de 36-39 °C a cerca de 20 °C. El vencejo que me trajeron no era un juvenil, tenía un plumaje precioso y aunque era pequeño de tamaño, tenía una cola horquillada bastante larga. Tenía los ojos cerrados, estaba frío y se movía muy poquito, se dejaba manipular las alas y el pico, no clavaba las garras...Y aunque tenía el piquito muy limpio y la boca cerrada, su respiración, ese balanceo de la cola que ya había visto otros años en otros vencejos, me indico que se trataba de un problema respiratorio. Le di directamente en pico el preparado para CDR de TABERNIL y trate de meterle comida. No era capaz de tragar, le di antiflamatorio y unas gotitas de suero con una jeringuita. Pensaba volver a darle de comer en un ratito cuando el antinflamatorio hiciese efecto, pero cuando quise intentarlo el pico no se abrió, se había muerto. Estaba tieso, en rigor mortis. Ya que mi manipulación no le iba causar estrés a un pájaro muerto, decidí abrir el pico para ver claramente las lesiones y hacer unas fotos. Así que las imágenes que os pongo son de un cadáver no de un vencejo en letargo, no le hice necropsia porque paso de contagiarme, y porque con esos mocos esta claro de que murió...

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